La Revolución Industrial y los primeros materiales arquitectónicos

La Revolución Industrial es el nombre con el que se define el período de la historia de Gran Bretaña que se inicia alrededor del año 1740 y concluye en 1840 y que produjo enormes cambios socioeconómicos y tecnológicos en ese país.  Algo similar ocurría paralelamente en menor escala en las demás naciones europeas y en los Estados Unidos, es decir, un proceso de industrialización en el que las sociedades pasaron de una economía basada en la agricultura a una de desarrollo de la industria en general; hubo una gran migración del campo a las ciudades y la producción artesanal cedió el paso a la producción industrial de materiales y de bienes de consumo.

De todos los países, es en los Estados Unidos de América, donde se desarrolla de manera particular, un espíritu empresarial prodigioso de inventiva y de liderazgo tecnológicos que continúan hasta nuestros días y que la convierten desde principios del siglo XX en la potencia hegemónica mundial. “Los Estados Unidos de América, permanecen como el líder a nivel mundial en Investigación y Desarrollo, con un gasto anual de $ 200,000 millones de dólares (el doble que todos los países juntos de la Unión Europea)”. La Revolución Industrial se distingue, sobre todo, de las demás de la historia, por el rápido crecimiento de la población.

En Gran Bretaña en esa época, la población creció rápidamente pasando de 6.5 millones en 1760 a 16.5 millones en 1831. Se atribuye este crecimiento más que a un aumento de la tasa de natalidad, al descenso de la tasa de mortalidad, misma que pasó de 35.8% para la década de 1740 hasta un 21.1% para la década de 1820. El uso de ciertos materiales de construcción para casas de campo, como el ladrillo y la piedra en lugar de madera y paja, disminuyó las epidemias. Se introdujo el jabón para aseo personal y la ropa de algodón, lo cual redujo las infecciones; la introducción del alcantarillado y las tuberías de agua, además de la pavimentación de las calles en las ciudades, junto con los avances de la medicina, supusieron un incremento en el nivel de vida de la población en general.

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La Revolución Industrial y los Primeros Productos Arquitectónicos

Las razones por las cuales la Revolución Industrial se gestó en Gran Bretaña fueron varias. Gozaba de una gran estabilidad política y económica; “la influencia de la monarquía y la iglesia británicas disminuyeron, mientras que el poder de la burguesía aumentaba…la libre prensa británica también permitió el desarrollo de una cultura de libre pensamiento.

“El siglo XVIII y los comienzos del XIX fueron ricos en entrepreneurs, hombres prontos para imaginar nuevas combinaciones de los factores de la producción, ansiosos de encontrar nuevos mercados, sensibles a ideas nuevas.”  Esta apertura en las ideas, contribuyó a un boom de invenciones en todos los estratos de la sociedad. “Los nombres de ingenieros, fabricantes de hierro, químicos industriales y fabricantes de instrumentos que se encuentran anotados como Miembros de la Real Sociedad, muestran la estrecha relación que entonces existía entre la ciencia y la práctica.”

Los materiales de construcción tradicionales como la madera, piedra, cerámica, hierro y vidrio ya se empleaban desde la Edad Media. Durante la Revolución Industrial se modernizó su manufactura y transformación por medio de nueva maquinaria y procesos. En Inglaterra había grandes yacimientos de carbón y de otros minerales que se utilizaron extensivamente para la producción del hierro y a fines del siglo XIX del acero.

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La Revolución Industrial y los Primeros Productos Arquitectónicos
Gustave Eiffel, La Torre Eiffel , 1889. Hierro, madera y vidrio, París.
Imagen autorizada a través de Creative Commons.

Uno de los principales factores que impulsaron la Revolución Industrial fue el inicio de la producción a gran escala del hierro, misma que fue utilizada primero para el diseño y construcción de maquinaria que utilizaba energía hidráulica y posteriormente de vapor para la producción de hilados y tejidos de algodón y para bombear agua de las minas y posteriormente como energía motriz para barcos y locomotoras que ayudaron junto con un nuevo sistema de canales interiores y vías férreas a distribuir mercancías y materias primas y a transportar personas.

La Revolución Industrial y los Primeros Productos Arquitectónicos

Se desarrollaron máquinas de vapor de todo tipo y para diferentes procesos en las industrias; taladros y sierras para cortar piedra en las canteras, máquinas para fabricar tabiques en serie con mecanismo accionado por vapor, etc. Con ello se abaratarían los costos de producción, aumentando la productividad y mejorando la distribución de bienes a lugares lejanos de manera más rápida y eficiente. Su comercialización fue posible en lugares lejanos de las fábricas, gracias a una amplia red de caminos, nuevos canales pluviales y vías férreas, construidos ex-profeso y que comunicaban los puertos con las principales ciudades de Inglaterra.

“La Gran Bretaña de esta época era el centro de la economía mundial, gracias a su expansiva política colonial y a su voluminosa flota mercante, que en 1750 comprendía unos seis mil buques” que transportaban los materiales y productos ingleses a sus colonias en África, Norteamérica, India, Australia y Canadá. La Revolución Industrial aportó a la Arquitectura y a la Ingeniería, las tecnologías necesarias para la construcción de grandes edificios públicos, asombrosos puentes, canales interiores y caminos más anchos, todo ello para una pujante economía y una creciente población.

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Podría decirse entonces, que los primeros “Diseñadores Industriales”, fueron todos aquellos anónimos “especialistas del mundo de la técnica, los materiales y la producción”, que, sin título universitario ni estudios formales de Diseñador Industrial, durante la Revolución Industrial, crearon las primeras máquinas y procesos para transformar los materiales de construcción como la madera, la piedra, la cerámica, el hierro, el vidrio y el cemento. Los artículos manufacturados y/o transformados por estas máquinas, frecuentemente derivaron en productos modulares como perfiles y secciones metálicos, por ejemplo, mismos que constituyen también las primeras aportaciones del Diseño Industrial a la Arquitectura.

Durante la Revolución Industrial se redescubre la fórmula para preparar el cemento hidráulico puzolánico creado por los romanos y olvidado de manera increíble por los arquitectos y constructores por más de 13 siglos. “En 1824, Joseph Apsdin (1778-1855) de Leeds, Inglaterra, obtuvo la patente británica (No. 5022, expedida el 21 oct., 1824) por un producto que llamó “Cemento Portland”; una mezcla calcinada de piedra caliza, arcilla y agua; le puso ese nombre porque su color se asemejaba a la piedra llamada Portland”. También en esta época se desarrollan los procesos de producción del vidrio y entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, se inventa el concreto armado, iniciando con ello, la era de los prefabricados de concreto.

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